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Las estaciones de carga de vehículos eléctricos tienen requisitos estrictos que se pueden satisfacer a través del proceso de diseño y fabricación. Las estaciones de carga domésticas o comerciales deben ser fáciles de usar e instalar, así como seguras para suministrar voltajes más altos que los que suelen encontrarse en el entorno del hogar o la oficina.
Con una creciente presencia en la calle o en los centros comerciales, las estaciones de carga públicas necesitan tener grados de protección IP de resistencia al agua y ser resistentes al vandalismo para evitar daños o problemas de seguridad pública.
Las estaciones de carga rápida más veloces pueden cargar la batería del vehículo en menos de 8 minutos, lo que implica el uso de voltajes peligrosamente altos y requiere protección por neutralización o frente a sobrecargas para salvaguardar los equipos. La conectividad en la nube del vehículo y los usuarios ya es un requisito esencial para permitir la carga inteligente, que posibilita la gestión completa del cargador para establecer preferencias y maximizar el uso de la energía autogenerada.
También necesitan sistemas de pago RFID sin contacto y una interfaz intuitiva hombre-máquina.
Y, por supuesto, la estética es clave para fomentar un aspecto moderno que atraiga a nuevos usuarios y mantenga a los existentes.
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